Nuevo culebrón: el precio del aceite comestible
El Gobierno liberará a la industria aceitera del compromiso que le había impuesto el gobierno anterior para mantener bajo control el precio al público del producto en botella plástica. Habrá subas del 30% en la primera etapa y desde el 31 de agosto, precio “libre”.
El aceite comestible recibió, hasta 2008, un subsidio de parte del Estado que en los hechos fijaba un precio máximo en góndola. Esa situación cambió a partir del boom de los commodities, del que las cerealeras de beneficiaron enormemente. El por entonces secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, forzó a las empresas a crear un fideicomiso para que entre ellas subsidien el precio interno del aceite de girasol, de soja y mezcla, embotellado en envases de 5 litros o menos.
La “contribución” fue del 1% sobre el valor FOB de las exportaciones de porotos y harina de soja. Los exportadores redirigían esa plata a los abastecedores, que embotellan y colocan el aceite en el mercado interno. En muchos casos se trata de las mismas empresas, aunque también hay exportadores que no abastecen el mercado (Cargill) y abastecedores que no exportan. El Estado no ponía dinero sino que el esquema era de un subsidio entre privados con regulación pública. La Cámara de la Industria Aceitera informó que este año, entre enero y junio, la industria destinó 111 millones de dólares a financiar el precio bajo del aceite. En las góndolas, el resultado era un precio relativamente bajo.
El contrato del fideicomiso vencía el 31 de diciembre de 2015. El Gobierno pidió en ese momento a las empresas continuar el acuerdo hasta marzo y luego hasta fines de julio. El argumento oficial fue que la quita de retenciones y la devaluación del peso fueron beneficiosas para las empresas, por lo cual podían hacer un esfuerzo más. A esta altura, las empresas no quieren seguir con el fideicomiso y esperan conseguir la liberación del mercado para el 31 de agosto.
De cualquier manera, las próximas subas de precio se montarán sobre precios del aceite muy superiores a los del año pasado. A comienzos de mayo se eliminaron todas las variedades de aceite de la lista de Precios Cuidados. En consecuencia, desde diciembre los precios de los aceites han subido muy por encima de la inflación general. Por ejemplo, la botella de aceite de girasol Cañuelas y la de Cocinero de 1,5 lts estaba entre 17 y 18 pesos en la lista de Precios Cuidados que rigió entre octubre y diciembre. Actualmente cotizan entre 33 y 34 pesos, lo que significa un aumento de casi el 100%. Ese incremento que se verifica en los grandes supermercados probablemente sea algo menor en los comercios chicos, donde no estaba vigente Precios Cuidados. Sobre ese escenario es que se discuten las próximas subas.
El mercado nacional demanda 42 millones de litros de aceite por mes. La mayor parte es aceite de girasol, de mayor calidad y más caro que el mezcla girasol/soja. Las empresas esperan que, conforme los precios sigan subiendo y el salario continúe perdiendo poder adquisitivo, la demanda se volcará más hacia el aceite mezcla.
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Con textos de Javier Lewkowicz